lunes, 5 de octubre de 2009

Ryanair se supera un poco más

Hace años, volar en avión era un lujo al alcance de unos pocos, pero la revolución de las low cost ha puesto este medio de transporte a la orden del día. La bajada de los precios ha permitido que podamos volar en cualquier momento, en lugar de viajar por tierra con transportes más lentos. Pero no todo han sido ventajas. La popularización de los billetes de avión ha reportado unos beneficios económicos demasiado pequeños para los dueños de las compañías y estos, ni cortos ni perezosos, se han buscado las vueltas para contrarrestar las pérdidas y llenarse los bolsillos.

La forma es lo de menos y tampoco importa si es legal o no. El caso es ganar dinero. Hace unos días, El Economista, publicaba una noticia sobre las barbaridades de Ryanair con sus empleados. Y nosotros pensando que los clientes éramos los únicos estafados por la compañía irlandesa. Al parecer los sindicatos les van a poner las pilas, ya que los clientes no sabemos cómo, porque en Ryanair no da la cara ni el gato.

Y es que la low cost se está forrando por todos los flancos. Al parecer, reciben subvenciones locales de cada país, arguyendo que promueven el turismo (que se lo pregunten a los franceses, que los tienen contentos). Por ahí se comenta que después vuelven a cobrar a otros colectivos prometiéndoles clientes... léase, los taxistas que están en esos aeródromos a los que, salvo poquísimas excepciones, vuela Ryanair y de los que no hay forma de salir, especialmente cuando el vuelo es de madrugada, otra cosa que tampoco es lógica, hasta que piensas si no estarán cobrando también a los hoteles, bien sea a los que quedan "cerca" y en los que indefectiblemente acaba el pasaje, o bien sea en los que te aparcan ellos cuando el vuelo se retrasa indefinidamente y que por cierto, tienes que pagar tú mismo a pesar de la legislación al respecto. Porque aunque no lo creáis, hay países en los que no se puede echar la culpa a Iberia del retraso... a veces la culpa también es de otras compañías.

Pero con esta financiación extra no es suficiente, yo creo que la mayor fuente es la compra de billetes. Sí, la compra de billetes por medio de su página web. El que no la conozca que le eche un vistazo… es como una gincana. Los precios del principio no tienen por qué coincidir con los del final, ni tienen por qué parecerse... que si quieres subirte el "primer" o el "según" en el avión, tienes que pagar 6€ más, que si quieres que te manden un mensaje al móvil para confirmar que has conseguido comprar el billete... como si no te fuesen a dar recibo... pues a pagar más, que si quieres seguro, que si quieres llevar maleta... es para nota. Y es que dentro de las ilegalidades, lo de la maleta se lleva la palma y si no, consultad los derechos del pasajero (el artículo 97 de la Ley 48/1960, de 21 de julio, sobre Navegación Aérea ) según los cuales, el transporte de la maleta va incluido en el precio del billetes, lo único que pueden hacer es fijar las dimensiones del bulto a facturar y su peso máximo... pero es igual, para qué vamos a discutir. Total, como es una ley de 1960 y según dicen ellos "como lo hace todo el mundo" pues ala, ya está. Eso voy a decirle yo al próximo guardia que me multe por correr... "como en la F1 corren todos..."

Y si consigues comprar el billete, haz el favor de acordarte, de hacer la facturación on-line entre los 15 días y las 4 horas antes de que salga el avión... y luego imprime la hoja o mejor, imprímelas todas para no errar, que luego en el aeropuerto, si no tienes la que ellos quieren en ese momento, te cobran algo así como 40€ más, por imprimírtela ellos. Eso es por te creías que el billete te había salido barato o para que no te quejes del precio de las fotocopias en color... no sé. Si te traes el billete impreso de casa, tienes alfombra roja para lo que quieras, te puedes colar por el aeropuerto sin enseñar el DNI y nadie te va a preguntar nada. De hecho, te puedes subir al avión con el baúl de la Piqué y nadie te va a decir nada. Pero como no lleves el dichoso papel que abre las puertas del reino... vas a flipar. Porque te revisan, te pesan, te miden y te tienes que identificar 40 veces, además de pagar.

Una vez dentro del avión, abandona toda peregrina idea de dormir, si es que ibas a hacerlo, porque la opción de financiación C, está a punto de empezar... ¡que viva el circo! Pipas, chicles, caramelos, pelotas de golf... cigarrillos sin humo... que ya me contarás tú qué puede ser eso... papeletas para la rifa de un súper coche como los de los SMS de móviles... y por fin: trompetas y aplausos... igual, igual que en el circo de hace años. Payasos incluidos y viajeros estupefactos también.

Pero ahí no acaba la cosa, qué va... la fórmula de financiación D es la mejor. Es la de la respuesta única, es decir: "mire, que me he equivocado reservando mi billete, que he comprado uno para donde no era, porque es realmente complicado acertar, que mi vuelo se retrasa, que me han perdido la maleta, que tengo una queja, que qué cuernos es eso de la facturación on-line y de los 40€ famosos..." la respuesta única es un elocuente silencio, que viene a querer decir "a mí qué me cuentas, que a mí me importa un bledo". Así, ahorrando personal... pues nada, te toca comprar otro billete, otra maleta o cambiarte de compañía... lo cual también reporta ingresos no creáis que no.

Si te pones muy pesado, muy pesado, al final un alma caritativa de otra compañía, te da un papelito (que les han dado a ellos para repartir a los quejicas) del tamaño de un bono-metro en el que viene un fax y una dirección postal de Dublin, a los que puedes enviar tu queja previamente escrita en inglés y ya si quieres, pones en el asunti "para archivar" porque no creo que nadie vaya a leerla. La otra opción es el 902 irlandés, para hablar con la máquina de turno y gastarte más que un billete en primera clase, para líneas transoceánicas. Un despropósito. Ilegal de todo punto, por supuesto, pero de momento consentido y tolerado, por la ley de la vagancia. Claro, que si eres un poquito espabilado, te mueves y buscas por la red algún correo al que remitir tu lista de quejas, que a esas alturas es más grande que la hacías a los Reyes Magos, alguno encontrarás. Pues para evitar pérdidas de tiempo os anuncio que esos mails son como las leyendas urbanas, todos tenemos alguno y todos son inútiles.

Y luego, te dan la opción de comprar un seguro, que es casi obligatorio porque la opción de rechazar el seguro está escondidita, como los radares de las carreteras. Un seguro que no sé para qué valdrá ni cómo se puede cobrar en caso de que algo salga mal, porque como no te va a contestar nadie en ningún sitio y nadie te va a hacer ni caso nunca... pues nada. A pagar como los tontos. A estas alturas si alguien conoce a alguien que conozca a alguien que sepa si en la compañía trabajan personas o es todo un holograma, que comparta vías para posibles soluciones con esta miríada de clientes descontentos.