lunes, 31 de mayo de 2010

Se acabó la Calle Real

Al parecer, después de 5 largos años emitiendo, mi amigo Javi Picos, se va de Calle Real. Quizá algunos nos habréis escuchado conversar improvisando una agenda turística para sus oyentes. Durante dos años, he sido su invitada en el programa de la radio de Villalba y durante dos años, no sólo hemos sido amigos, él ha sido mi maestro y me ha enseñado todo lo que sé acerca de la radio. Ha sido un tiempo mágico y divertido, lleno de anécdotas y de grandes momentos. Todo ello supervisado siempre, desde el otro lado de la pecera, por el maestro de obras, Oscar. Otro de los grandes.
Así que durante dos años, he trabajo con ellos, me he divertido con ellos, he aprendido de ellos y, sobre todo, he sido su invitada y siempre me han tratado como si formara parte de la casa.
Sin embargo, todo buen camino tiene un final. En este caso es más una imposición que una elección y parece que la política se ha interpuesto en lo que podría haber sido una historia perfecta. Quizá no estoy correctamente informada, de hecho, reconozco que no, que no sé de la misa la mitad, pero el ambiente que se respiraba el último día en el estudio, decía a gritos que no se trata de un malentendido, ni de una decisión amistosa... ni de nada, nada bueno.
¿Sabéis cuando se respira la mala leche? Pues esa era exactamente la sensación. Y eso me entristece infinitamente, porque todos los que hemos colaborado en la Calle Real, todos los que hemos formado parte de su gran familia y todos los que somos fans incondicionales y oyente devotos de Javi Picos, nos sentiremos muy defraudados cuando no volvamos a escuchar nuestro programa favorito y nadie pueda explicarnos cuál es la verdadera razón.
Javi, que siempre tendrá un lugar en nuestros corazones y en nuestras casas, porque ha demostrado sobradamente ser un hombre de la cabeza a los pies, de los que tienen palabra y de los que trabajan de sol a sol, en una palabra: un profesional, estoy segura de que puede contar con todo nuestro apoyo, nuestra simpatía y, por supuesto, todo nuestro cariño.
Por eso os quiero pedir a todos, una firmita en su blog http://callerealfm.wordpress.com/2010/05/30/erase-un-blog-a-una-radio-pegado/#more-5172 para que se sepa apoyado y para que no dude de que puede contar con nosotros, como medio de comunicación y, como sus amigos que somos.

martes, 18 de mayo de 2010

Cenizas para esperar en tierra

En los últimos días los viajeros, los que volamos en avión, hemos tenido la cruz de la nube más oscura sobre nuestras cabezas. Retrasos y cancelaciones que, por una vez, no son culpa de nadie. Para que luego venga el personal y me cante la de “espacio libre de humos”... pues parece que esta vez es la naturaleza la que viene poniendo la nota de color sobre nuestros cielos y, lo que es peor, sobre nuestros espacios aéreos.

He oído comentar por ahí que la gracia nos va a durar unos dos años. Así que lo mejor será irse acostumbrando. Vaya palo para las aerolíneas, porque si la cosa andaba floja de por sí, “la nube” se va a llevar lo poco que había que salvar.

En principio parece una chorrada como un piano de cola, porque al fin y al cabo es ceniza y, si la mayoría de los aviones están preparados para navegar con piloto automático y además tienen radares, uno podría preguntarse porqué razón hay que cancelar los vuelos. Sí, es cierto, visto así, la ceniza del cigarro es suave y no parece demasiado molesta. Al menos no tanto como para importunar a un avión en vuelo. Pero nada de eso… la ceniza volcánica es, por lo visto, más densa de lo que uno interpreta por ceniza en un primer momento. Luego está el hecho de que el avión, no va precisamente despacio. Así que imagínate el avión atravesando la dichosa nube a casi 1.000 km por hora. Es decir, no sólo sería como pasar el avión a través de dos limas de uñas gigantes a toda velocidad, con el consiguiente desgaste del fuselaje, sino que además habría que preguntarse qué les puede pasar a los motores... yo no soy muy ducha en cuestiones técnicas, pero me imagino que, como poco, los inutilizará.

He preguntado a los expertos y me han hecho un dibujo según el cual, la ceniza erosiona las palas del compresor y luego se funde con el calor de la cámara de combustión, dando lugar a una sustancia sólida parecida al cristal. Esto bloquea el flujo de aire y el motor se cala o bien, directamente, se inflama. Por no hablar del sistema de climatización del interior del avión, porque a la que llega la ceniza, el humo se filtra al interior y eso debe ser una juerga. Así que bueno, en principio, sólo es ceniza, pero con muy mala leche. Casi compensa esperar en tierra y no correr demasiados riesgos.

Pero esto no es lo peor. El volcán Eyjafjalla tiene un coleguita que está esperando a que el primero se calme para empezar a hacer público su nombre. Se llama Katla y como la pronunciación es mucho más sencilla que la del que actualmente está liándola en el espacio aéreo europeo, cabe esperar que se popularice más rápido, sobre todo, porque es un volcán mucho más grande y, si le da por erupcionar, la nube se va a pasear por todo el planeta y esa sí que nos va a dar dolores de cabeza a los asiduos de los aeropuertos.