martes, 28 de abril de 2009

Rescatar a la princesa

Durante este último fin de semana (del 24 al 26 de abril) se han celebrado en Oropesa, en Toledo, las X jornadas medievales. ¿Alguien ha estado? Es como un mercadillo medieval, pero a lo bestia. Se celebra en abril, pero hay que estar muy atento para saber exactamente qué fin de semana será. Y es que en este pueblo, la gente se pasa meses preparando la fiesta. No dejan nada a la suerte, cuidan todos los detalles y allí colabora hasta el último mono.

Representaciones teatrales, como el rescate de la princesa, que es un montaje muy cachondo, sobre la leyenda que se supone, da nombre al pueblo. Porque al raptar a la princesa, pidieron al rey un rescate por ella, en metálico. Y la subieron a una balanza para cobrar su peso en oro... de ahí viene el nombre: Oro-pesa. Luego hay otros como el de la peste, el Apocalipsis, la danza de la muerte... con personajes y hechos, más o menos históricos. Hacen pasacalles con músicos, bailarines, malabaristas, torneos a caballo, tiro con arco, recitado de romances, Cuentacuentos, teatro callejero, guiñol... lo que se os ocurra. Incluso hay talleres que te enseñan a elaborar las banderas y los estandartes con los que luego se decoran el castillo y el pueblo entero. Hasta las papeleras están decoradas ad hoc.

Toda la gente se viste de campesinos, princesas, odaliscas, moros, cruzados... es como sumergirse durante unos días en un cuento. Además, el pueblo se llena de puestos con todo tipo de artículos, también preparados como si fuera un verdadero mercado medieval... pero limpio. Los puestos son los típicos de los demás mercadillos, aunque en esta ocasión disfrazan el puesto, la mercancía y a los propios vendedores con un poco más de intención, de manera que parece que realmente estás comprando un quesito en el siglo XIII. De hecho, cuidan tanto el detalle, que las ensaladas no llevan ni tomate, ni maíz, ni patata... ya que aún no se conocían esos productos en la península.

Se puede comprar casi de todo, lo único que puede frenarnos mucho son los precios, porque desde que se inventó eso del comercio justo, las artesanía, los productos naturales y la denominación de origen... está claro que no se puede comprar nada. Yo creo que son productos normales que pagan un plus tan alto por llevar esa etiqueta, que por eso nos los venden a precio de oro. Quizá fueran reliquias medievales de verdad y por eso las vendían a esos precios. En cualquier caso un trocito de queso, no puede costar casi 30€ ni una ensaladera de madera 200€. Eso es exagerado, ¿verdad? Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre... Por eso os recomiendo, que el año que viene, cuando vayáis, no sólo os disfracéis, sino que deis primero una vuelta para controlar lo que hay, antes de comprar y después, buscar bien las buenas ofertas, porque también las hay.

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